Génesis, diseño e ilustración desde La Llajta


Génesis Gardiazábal es una ilustradora y diseñadora cochabambina que estudió Diseño Gráfico y Comunicación Visual en la Universidad Mayor de San Simón. Junto a su esposo, Pablo Acarapi, gestiona Jesus Company Design, un estudio creativo que realiza diversos trabajos de diseño gráfico y lettering.

_¿Hace cuánto has comenzado en el mundo de la ilustración y cómo?

Se puede decir que, como todo ilustradora, siempre he dibujado. Siempre he estado comunicándome con la ilustración: para mí era más fácil comunicar cosas con un dibujo. Pero profesionalmente, cuando comencé a vender ilustraciones, a hacer pedidos de ilustración… a eso de mis 18 años siento que puedo denominarme como ilustradora desde esa fecha.

Actualmente tenemos un estudio de Diseño Gráfico y todavía tenemos clientes; es algo que pienso que vamos a continuar haciendo. Siempre hemos ofrecido trabajos de diseño, pero, por ejemplo, Cochabamba es un lugar donde es un poco más complicado poder vender este tipo de trabajos, así que fue progresivo lo que se fue dando de la ilustración.

Hace 3 años me animé mucho a hacer algo que quería, y era el sacar mi propio estilo de ilustración, que es algo muy difícil para un artista; me llevó un año. Pienso y realmente siento que todavía me falta mucho para poder denominar como que mi estilo propio, pero ya con el material que fui sacando en base a eso me animé a abrir una página y lanzar hartas cosas por si a alguien le interesaban. Desde ahí, las cosas han ido para arriba en cuestión de la ilustración. Pienso sacar a futuro, Dios mediante, una tienda igual con ilustraciones con todo tipo de artículos míos.

Algunas de tus influencias más grandes han sido Nickelodeon y Cartoon Network, ¿qué series específicas son las que más te han impactado a la hora de inspirarte para tu estilo?

Creo que cada etapa ha sido distinta: he crecido viendo, como muchos, Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco, Sailor Moon, las películas de Ghibli. Para mí, (todo esto) ha sido una inspiración que me ha enseñado a poder llevar mi imaginación hacia el papel, a poder expresar algo, a no ser muy subjetivos con la ilustración; plasmar algo, que todos entiendan lo mismo. No me considero artista, me considero ilustradora, me considero diseñadora, que es una parte en la que se aplica la comunicación, y yo prefiero comunicar algo en cuanto a la ilustración.

En cuanto a series, (me gustan) cosas súper retro, Ren y Stimpy, actualmente Hora de Aventura… no sé, hay un montón. Cada cosa que sale es algo que yo trato de ver, trato de analizarlo. Me encanta mucho el diseño de personajes y cada una de las series que he visto tiene algo de especial.

_¿Cuál ha sido la situación más satisfactoria y la más incómoda con la que te has topado estos años de profesión con tu público?

En cuanto a la ilustración, no estoy segura de haber tenido una mala experiencia. Y de las mejores que puedo destacar es el hecho de que soy alguien que no tiene miedo: me gusta experimentar, me gusta ofrecer cosas que sé que puedo lograr, y hay cosas que nunca las he hecho, pero las ofrezco porque sé que puedo lograrlo. Hemos estado trabajando actualmente con una cafetería: hemos hecho murales desde 5 x 6 m, de 8 m, y el poder plasmar tus ilustraciones con una libertad en la que te permiten tenerlas en un lugar que es súper público, que tiene categoría para algunos… lugares a los que muchas veces no nos imaginamos que van a llegar nuestras ilustraciones, para mí fue increíble.

_De todos estos trabajos que has hecho, ¿cuál ha sido el que más te gustó y el que menos te gustó?

No sé si hay uno que no me ha gustado; me cuesta, porque no suelo aceptar trabajos que no me gustan. Creo que me doy el lujo de rechazar cosas que no estoy dispuesta a hacer. Por ejemplo, no me gustan cosas que denoten odio, no me gustan cosas sexuales, no me gustan las cosas que sean morbosas. Hay cosas que yo me limito a simplemente no hacerlas, y trato de ofrecer aquellas cosas con las que me siento cómoda y con las que la gente también puede sentirse cómoda. Trabajos como para la cafetería: hacer ilustraciones que demuestran un ambiente, mezcladas con el lettering, que (hace) Pablito. Siempre (él) ha sido mi compañero y con quien trabajamos… poder mezclar esas cosas a mí me hace sentir muy cómoda, poder expresar cosas positivas, cosas buenas.

_¿Cuál ha sido el papel de tu esposo en tu motivación o día a día como ilustradora, como diseñadora?

Para mí, Pablo es mi compañero, es mi mejor amigo, es mi esposo, es la persona en quien puedo apoyarme más, con quien tengo más confianza. Es como tener a tu mejor amigo y a tu colega todos los días, en todos los planes que tienes; para mí, es un gran apoyo. Me inspira mucho a poder lanzarme a más cosas y a decir “mirá, juntos podemos hacer algo más” o “nos animaremos, haremos esto”. Él siempre me apoya en eso. A veces hay un temor de “¿y si no lo hacemos?”, pero el estar juntos nos hace tener más confianza en las cosas que podemos hacer. Valoramos mucho el trabajo el uno del otro, y para mí es realmente el compañero perfecto para poder continuar con esas cosas.

_¿Qué retos estás dispuesta a plantearte a futuro como diseñadora o ilustradora?

Se puede decir que ese plan ya está en proceso, esto de tener una tienda con ilustraciones propias. Es muy complicado poder invertir en todo lo que uno quiere desde cero, así que lo que estoy haciendo es con una tienda para ver de artículos que a mí me gustan, por decir, llaveros o monederos. Estoy testeando qué es lo que a la gente más o menos le atrae, para poder ir sacando progresivamente artículos y accesorios con ilustraciones propias, y posteriormente tener una tienda.

_¿Cómo ves el ámbito de la ilustración en Cochabamba?

Pienso que es una profesión muy poco valorada, pero hay una necesidad. Y si hay una necesidad, hay que tratar de satisfacerla. Pienso que falta un poco, primeramente, de ánimos, un poco más de “ñeq’e”, como se puede decir, de las personas, de poder decir “¡miren! ¡Yo puedo hacérselos esto! ¡Yo puedo hacer esto!”. Siempre que alguien me pregunta “¿cuánto cobrar?” o “¿cómo es que tú haces?”, yo trato de darles mi experiencia, pero la experiencia de cada uno es diferente, no puedo decirle “cobrá esto”, sino “¿cuánto te cuesta a ti hacer ese trabajo?”, “¿cuánto tiempo te toma a ti a ti hacer ese trabajo?”.

Para nosotros, es un gusto poder colaborar con nuestra experiencia a otras personas que se nos acercan; varios ya se han animado allá en Cochabamba. Después de habernos preguntado, tratamos de animarlos para que vayan un poco más allá y no se conformen, porque hay un momento en el que se conforman, se quedan ahí, buscan otro trabajo y todo el esfuerzo que hicieron como ilustradores muere.

Se dice que culturalmente somos un poco mezquinos en Cochabamba, o que somos muy envidiosos. Puede ser, y nosotros tratamos de romper con eso, de enseñarles, con nuestra experiencia misma decirles “rompan con eso; miren, no sean egoístas”. Más bien donde más competencia hay, la gente se mueve más, y circula más gente. Esto de las ferias es increíblemente genial, porque al final sabes que hay un sector donde hay varias cosas: vas y buscas lo que es de tu gusto; no se acaba la gente.

_De los productos que tenés acá, ¿cuál ha sido el que más disfrutaste haciendo?

Yo soy alguien que siempre se ha apasionado por los parches y por los pines. También me gustan los botones, pero los pines son algo que me gusta más, porque tienen forma, relieves… se sienten más bonitos, y es algo que me gusta vender, me gusta hacer. Igual voy a empezar a lanzar cosas más originales, pero sí es algo con lo que, fuera de lo que es el diseño, me tomo un tiempo en casa, en mi taller, para poder hacerlos con detalle. Hay pines que yo hago a mano, pintados a mano, y me gusta. Me relaja, me anima. Me siento realmente bien haciendo esas cosas y sabiendo que a la gente también le gusta, porque también consume.


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