Justicia Poética. Pablo de Santis. Frank Arbelo. Ediciones Colihue. Buenos Aires, Argentina, 2016.
Una colaboración maravillosa viene a demostrar que Arbelo es uno de los mejores historietistas del país. Esta vez, de la mano de Pablo de Santis, nos presenta “Justicia Poética” una antología temática que ambos realizaron para la revista Fierro, y que ahora se presenta reunida en un tomo recopilatorio. Julio Fux es un poeta retirado, que casi ha abandonado del todo la poesía, excepto en las raras ocasiones en las que decide escribir un epitafio.
Para hacerlo, matará primero a la persona de quien va a hablar. Casi siempre las víctimas de Fux son, en realidad, victimarios: asesinos, delincuentes, gente peligrosa y desangelada. Los epitafios estrán escritos en verso, y coincidirán, fotográficamente, con las venalidades del difunto asesino. Un homenaje directo a Edgar Lee Masters y su “Antología de Spoon River”; una obra que resume la vida de un pueblo a través de lo que dicen de sí mismos los muertos en cada lápida del pequeño cementerio. La diferencia, por supuesto, radica en el crimen: “La musa de Masters era la muerte imaginaria. La mía, la real”, explica Fux, un poco a sí mismo, otro poco a Mariana, una mujer que ha traspasado su coraza y que se le aproxima con más de una intención en la mente.
Julio Fux ha publicado un solo libro: El cíclope. Un personaje que para Fux será real y que le dará, de alguna manera, la razón de su existir. También, la fuerza para quitarle las vidas a los otros y sentarse, luego, a escribirles su epitafio. A modo de cuaderno personal, de ejercicio sutil, tanto de la poesía como del asesinato.
Como bien resume Santiago García en su nota para Radar: “Género negro significa melancolía disfrazada de violencia”, […] una frase que define a la perfección el carácter ambivalente del personaje creado por Pablo de Santis.
Una novela gráfica muy lograda, con una línea de trazo grueso ya muy característica del trabajo de Arbelo, quien se luce, además en las puestas en escena. “La verdad, trabajar con Pablo de Santis fue muy relajado, te da una libertad absoluta, muchas veces sus guiones indican meramente el número de página donde irá el texto, e incluso eso podía cambiar, moviendo las escenas según lo que se necesitara”, me dice, en conversación telefónica.
La intriga criminal que envuelve a Mariana, le da continuidad e hilo narrativo a la historia, que en esta compilación presenta dos capítulos inéditos. Así, cada historia publicada en Fierro tiene una razón de ser, una secuencia temporal y un final sublime.
La colaboración entre ambos, guionista y dibujante, demuestra en esta historia la necesidad del respeto por la obra del otro, por conocer sus trabajos anteriores, sus aficiones, su mundo gráfico. De Santis conocía a Arbelo por su tomo, también publicado en la Argentina, “Cuando salí de la Habana”. Frank estaba familiarizado con el trabajo de Pablo desde “El hipnotizador”, realizado junto a Max Cachimba. Cuando recibió la invitación de Fierro para hacer dupla con el autor, Arbelo aceptó encantado.
Vuelvo a citar a Radar, ya que me parece maravillosa la comparación que hace De Santis entre la historieta y la poesía. “La poesía y la historieta trabajan con espacios pequeños. Instalan las imágenes de golpe, sin grandes preocupaciones por la causalidad. Los dos géneros son vecinos del mundo de los sueños”. Una maravilla tener entre esos artífices del sueño a Frank Arbelo, que nos hace soñar en blanco y negro, tal como deben verse y leerse las historias del género detectivesco.