Cómic Boliviano # 33


Sobre los fanzines en Bolivia

Hace mucho, mucho tiempo, en la historieta nacional sólo había fanzines. Así se lanzaron a la piscina numerosos autores que ahora son reconocidos por su trabajo y que llevan en el juego más de 10 o 15 años, dibujando y hablando sobre el cómic.

Muchos de ellos también fueron parte del movimiento Viñetas con Altura, que tendrá este año su 16ava versión. Otros pasaron por ese camino y ahora tomaron nuevos rumbos. Para mí, los fanzines quedan como el testimonio de una época, más libre y desestructurada, donde se ponían a prueba ideas y formatos, sin tenerle miedo al dibujo como tal.

Definimos al fanzine como una revista elaborada manualmente, en blanco y negro, que se fotocopia y arma de manera artesanal. Se hacen tantos ejemplares como se quiera, o se pueda. La Súpercholita nació a la vida en este formato, hace casi diez años.

Aquí dos ejemplos:

Porque soy un gordo imbécil. Estúpido # 1. Marco Tóxico, Ediciones La Ñatita. Formato Fanzine 2006. La Paz, Bolivia.

Mi querido Marco Tóxico fue siempre hábil para relatar sus obsesiones desde un punto de vista hilarante. Este texto juega desde varias puntas: la baja autoestima, los fluidos corporales, la relación agresivo-amistosa entre perdedores, los insultos con gracia, entre muchos otros.

La verdadera perla son los diálogos, que reflejan muy bien una época y un estilo de vida universitaria y dependiente de los padres. Me parece que ninguno trabaja los temas desde la adultez, y que muchos han quedado así en una especie de eterna juventud, incluso hasta el día de hoy. La progresión del trabajo de Marco Tóxico, que ha derivado hacia una estética más grotesca, sin perder su esencia, está toda documentada en la web. Su estilo es inconfundible, y se pueden encontrar todas estas páginas dibujadas en su blog.

El Fanzineroso, 2005-2006, Alejandro Archondo, Avril Filomeno, Alexandra Ramirez, Joaquín Cuevas. La Paz, Bolivia.

«Fanzineroso: Aquel aficionado, fan o fanático, que decide dar un paso más allá y publicar una publicación de aficionados, con el presunto ánimo (confeso o no) de contactar con otros aficionados, disfrutar de su afición y extenderla, publicar sus escritos y/o los de sus amigos, promocionar un subgénero determinado, o dar rienda suelta a sus delirios de fanático. Término también válido para los incondicionales de los fanzines».( © Manuel Díez Román, 5 de agosto de 1999).

Esta definición da en el clavo de lo que fue el fanzineroso para los bolivianos amantes del comic, allá por el 2005. Con el tercer Festival de Historietas «Viñetas con Altura» tomando vuelo; un grupo de amigos decidió unirse y derrocar al invasor… quiero decir, decidió comenzar a fotocopiar una revista en formato fanzine, dando rienda suelta a su pasión por dibujar y hacer historieta.

Me encanta porque me hacen mucho recuerdo a lo que es hoy «Tinta Fresca», chicos que no tenían miedo a experimentar, y a mostrar a todos sus producciones. Sólo así se gana experiencia. Jorge Siles ha estudiado cada uno en su blog, brindando comentarios desde su particular y ácido estilo, pueden verlos aquí.

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