Kunio Miyagi, agricultor y migrante japonés de 1954, ofreció en la Comic Con 2018 un libro acerca de los primeros compatriotas suyos que llegaron a Santa Cruz. Él fue corrector de estilo de dicha obra, escrita por Mario Gabriel Hollweg, y titula Japoneses pioneros en el oriente boliviano.
El libro cuenta cómo los primeros migrantes japoneses llegaron a Bolivia a través del Perú, donde no hallaban buenas condiciones de trabajo ni buena paga. El auge de la explotación de la siringa en la Amazonia boliviana provocaba rumores sobre la facilidad de acceso al dinero, lo que atrajo a los japoneses asentados en tierra peruana.
Miyagi cuenta sus experiencias personales: «Mis padres me trajeron cuando yo tenía 2 años, en 1954; somos de la inmigración de la posguerra». La escasez de fuentes de trabajo obligó a sus padres a salir del país; para su suerte, el gobierno peruano donaba tierras para ser trabajadas.
El japonés continúa: «En el primer asentamiento, hubo una fiebre que causó la muerte de casi 15 personas, eso motivó para cambiar de ubicación». A partir de ahí, los migrantes fueron en 1955 a Palometillas, a pesar de que no había mucha tierra disponible para trabajar, por lo que en 1956 decidieron asentarse en lo que se conoce hoy como Okinawa Uno, para luego fundar la Okinawa Dos y Tres.
El libro Japoneses pioneros en el oriente boliviano se puede encontrar a Bs. 120 en Santa Cruz, en la Librería Ateneo, sobre la Av. Busch, 3º Anillo. También lo pueden encontrar en Lewy Libros, Alma Mater y Rayuela.
Consultado respecto al amor de los bolivianos por la cultura japonesa del manga y el anime, Miyagi afirmó: «Yo creo que es porque es más alegre y es más vistoso: les hace cantar y es como una nueva moda o nuevo fashion; creo que especialmente a los adolescentes les gusta más esa moda, ese groove que demuestran». El japonés disfrutaba de las obras de Osamu Tezuka durante su infancia, según cuenta, especialmente Kimba, el león blanco (Jungle Taitei) y Astroboy (Tetsuwan Atom).